Malditos Domingos de humos
Creo en mi pero tú me pones en duda, como ese último momento que carece de cordura.
Llegas de sorpresa. Ni yo te espero. Estoy descansando joder! Es lo único que te grito desde atrás de la puerta. Vienes por que sabes que aun no me he olvidado, que quiero ese elixir de relax que acostumbrabas a traerme y sobre todo, por que sabes que es el mejor momento para cogerme por sorpresa.
Ando cansado y lo sabes, y sabes lo mucho que me siento herido como para saber agradecer un oasis de calma. Te encanta eso de envolverme en humo y de hacerme creer que soy vulnerable fuera de esos brazos densos. Te gusta, admítelo, eso de que baje la guardia y me quede hasta tarde contigo. Eres mi gran problema. Eres mi puto gran problema.
Escuche que del amor al odio solo hay un paso, y yo creo que estoy en medio o quizás te amo demasiado como para rechazarte. Tú me traes la calma desde hace mucho, mucho tiempo. Has sabido tumbarme cuando no podía seguir de pie y me has acariciado hasta volverme totalmente indenfenso. Poco queda de esa fiera.
Me busco, y acudo a tí a diario en plena huida del agobio de ese ruido que hay fuera y en búsqueda de ese otro ruido, que está muy arragaido en mi interior pero el cúal me resulta familiar. Tres años visitandote cada día, me hicieron creer tenerte de compañera.
No te lo vas a creer, pero a momentos pienso que eres una zorra que te has aprovechado de mi cuando más lo necesité para ahora no dejarme marchar. Me da miedo salir, por fín lo admito. Aún no domino lo que siento por tí, pero ya me he trazado un camino. No quiero depender de ti, joder. Llevo toda mi vida huyendo de todo aquello que ha querido poseerme, de todo aquello que me ha intentado crear dependencia. Tu no vas a saber menos.
Aún me recuerdo capaz de grandes cosas. Aún me veo capaz de luchar y ganar. No me importa sudar. Se que voy a sudar, y posiblemente algo más rojo que el simple sudor. No me importa. Si estoy aquí es por que alguien aún cree en mí, por muy difíciles que estén las cosas. Alguién aún mantiene su apuesta por mí y yo debo saber agradecérselo.
Y no te lo tomes a mal. Te veré, de vez en cuando. Quizás los Domingos te los siga reservando,pero nada será como antes, nada. Soy yo el que esta hasta las rodillas de barro, no tú, así que deja de molestarme si no requiero de ti. Las noches es un buen momento. Después de haberme dejado la piel, puedes venir a visitarme.
Llegas de sorpresa. Ni yo te espero. Estoy descansando joder! Es lo único que te grito desde atrás de la puerta. Vienes por que sabes que aun no me he olvidado, que quiero ese elixir de relax que acostumbrabas a traerme y sobre todo, por que sabes que es el mejor momento para cogerme por sorpresa.
Ando cansado y lo sabes, y sabes lo mucho que me siento herido como para saber agradecer un oasis de calma. Te encanta eso de envolverme en humo y de hacerme creer que soy vulnerable fuera de esos brazos densos. Te gusta, admítelo, eso de que baje la guardia y me quede hasta tarde contigo. Eres mi gran problema. Eres mi puto gran problema.
Escuche que del amor al odio solo hay un paso, y yo creo que estoy en medio o quizás te amo demasiado como para rechazarte. Tú me traes la calma desde hace mucho, mucho tiempo. Has sabido tumbarme cuando no podía seguir de pie y me has acariciado hasta volverme totalmente indenfenso. Poco queda de esa fiera.
Me busco, y acudo a tí a diario en plena huida del agobio de ese ruido que hay fuera y en búsqueda de ese otro ruido, que está muy arragaido en mi interior pero el cúal me resulta familiar. Tres años visitandote cada día, me hicieron creer tenerte de compañera.
No te lo vas a creer, pero a momentos pienso que eres una zorra que te has aprovechado de mi cuando más lo necesité para ahora no dejarme marchar. Me da miedo salir, por fín lo admito. Aún no domino lo que siento por tí, pero ya me he trazado un camino. No quiero depender de ti, joder. Llevo toda mi vida huyendo de todo aquello que ha querido poseerme, de todo aquello que me ha intentado crear dependencia. Tu no vas a saber menos.
Aún me recuerdo capaz de grandes cosas. Aún me veo capaz de luchar y ganar. No me importa sudar. Se que voy a sudar, y posiblemente algo más rojo que el simple sudor. No me importa. Si estoy aquí es por que alguien aún cree en mí, por muy difíciles que estén las cosas. Alguién aún mantiene su apuesta por mí y yo debo saber agradecérselo.
Y no te lo tomes a mal. Te veré, de vez en cuando. Quizás los Domingos te los siga reservando,pero nada será como antes, nada. Soy yo el que esta hasta las rodillas de barro, no tú, así que deja de molestarme si no requiero de ti. Las noches es un buen momento. Después de haberme dejado la piel, puedes venir a visitarme.
Creo que eres adicto. Ya hablaremos mas adelante sobre la adiccion.
ResponderEliminarHoy sólo se me ocurre decirte que SIENTETE RESPONSABLE DE TU RECUPERACIÓN PERO NO CULPABLE, PORQUE CULPABLE ES TU ENFERMEDAD: LA ADICCIÓN, una enfermedad obsesiva- compulsiva en la que aun no se ha encontrado cura alguna pero la recuperación es posible. Y yo soy adicta, adicta a muchas cosas, no sólo a las drogas. Hoy hace 31 días que no me fumo ni un solo porro. Lo máximo que he durado han sido 56 días, pero esta vez me lo estoy tomando más en serio. Sola no claro, sola no he podido ni puedo. Pero ya te ire contando más adelante. Y por cierto escribir mis últimos acontecimientos en mi blog.
Espero que no te haya molestado este mensaje pero si se te hace un mundo dejar los porros, si no tienes control alguno sobre ellos tienes la enfermedad de la adición pero no te sientas culpable ni mal como te he dicho antes. De momento sientete responsable de tu recuperación y sigue luchando, no decaigas ni te sientas raro, en el mundo existen muchísimas personas como tú, con tus mismos problemas.
Un fuerte abrazo de Aterciopelada. Si no te sigo contestando es que ha empezado Acorralados, jaaj