Cenizas en el suelo

Me busco pero no me encuentro, es más fácil seguir perdido, duele menos.

Intento saborear cada éxito pasado como si fuese presente pero ya ni los recuerdo. Es un esfuerzo en vano que solo me permite ver mi alma desgastada sin fuerzas. No es bueno mirar hacia atrás es mejor mirar al frente, me recuerdo de forma inútil.

Miro hacia abajo, ahí están, mis botines, suelas desgastadas y laterales descosidos del caminar del camino, aun así caminan sin protestar. Están peleando contra su último momento.

Es difícil luchar contra mi propio yo, la experiencia le ha hecho acobardarse como no me imaginaría y mi ego está muy debilitado, claro que eso solo lo sabemos el y yo. Es nuestro secreto. En cierto modo, esta lucha es nuestra y solo nuestra, luchar codo con codo con la propia experiencia, tarea difícil, al fin y al cabo es mi diccionario. Se que no debo tener miedo a sufrir, vivir cada día, pero nada de eso es fácil.

Ella, la experiencia, se ha ido alimentando de cada momento de debilidad, cada error lo ha convertido en fracaso, y cada recuerdo de esos momentos en que conocí la derrota me hacen sentirme frío como el hielo y sin gas como un mechero tirado sin piedad contra la calzada, esperando una explosión que no se produce y teniendo que soportar como te pisan esas prisas de los transeúntes que pasan por allí despistados. Qué fácil es no fijarse en nada, qué fácil es mirar para otro lado cuando todo esta en ruinas.

Pienso por un momento, ¿Qué quiero hacer de mí? Quiero volver atrás, aunque de eso me acabo de dar cuenta, mi propia experiencia se encargo de no dejarme ver la evidencia. Quiero hacer retroceder el tiempo como si nada hubiera pasado, como si no hubiera errores ni embistes, como si nada hubiera pasado.

Me enciendo un cigarro. Exhalo el humo. El cigarro se va consumiendo y lo observo mientras le doy otra calada. Nada es igual, todo cambia. No se puede volver atrás, solo puedo aprovechar las últimas caladas y si eso no me satisface, puedo encenderme otro sin mayor miramiento. 

Ahora pienso en mi vida mientras el cigarro se va consumiendo, y pienso en el tiempo, él no se detiene ni se deja controlar, ni se para ni vuelve atrás. Solo yo puedo darle sentido o quitárselo, solo yo.

Hay cenizas en el suelo y colillas en el cenicero, voy a tener que barrer el suelo y empezar de cero conmigo mismo. Olvidarme de las veces que tropecé pues ahora lo único que puedo hacer es no tropezar de nuevo, al menos con la misma piedra. Tengo que dejar de perder el tiempo y empezar a darle sentido.

Hoy entendí que me he vuelto a equivocar, que no puedo volver atrás, que tengo que seguir caminando y seguir luchando, por mí, contra mí. Soy fuego y hecho de mí cenizas, ahora tengo que renacer sabiendo que sufrí pero buscándome en cada momento, solo así convertiré esto en mi propia venganza personal. Yo soy responsable de estas ruinas y ahora toca levantarlo todo de nuevo.